NO CONOZCAS DE DIOS A MEDIAS
- Marina Sosa
- 18 may 2017
- 3 Min. de lectura

En esta entrada quiero hablarles acerca de un personaje bastante característico que nos relata la Biblia y empieza más o menos así. Cierta tarde, Pedro y Juan (discípulos) se dirigían a participar en la hora de oración. Mientras se acercaban al templo observaron que llevaban cargando a un hombre cojo de nacimiento; El cual lo ponían todos los días junto a la puerta del templo la que se llama Hermosa para que pidiera limosna a la gente que entraba.
No sé tú pero al leer esto yo imagino la escena y considero que el cojo realmente deseaba poder involucrarse en lo que se llevaba a cabo dentro del templo, sin embargo solo podía observar desde la puerta por su condición física y además por su posición de mendigo.
Esto no solo contribuía a que los religiosos del templo lo menospreciaran o lo encontraran indigno de compartir con ellos, sino que también a causa de lo que ellos comentaban acerca de él, se consideraba indigno también.
La puerta La Hermosa me hace pensar que todo el lugar tenía su atractivo, sin embargo él solo lograba apreciar lo que alcanzaba desde su posición. Diariamente se encontraba a la puerta y ahí se había conformado. A lo mejor con los años comenzó a disfrutar de estar al día de lo que acontecía o recibía afuera porque era persistente y obtenía algo de todo el que veía pasar, pero también quería de lo que adentro se estaba llevando a cabo y no había encontrado una forma o razón para que de algún modo pudiera aprovechar aún mejor las oportunidades de estar cerca del templo.
Resulta que un día estaban a punto de entrar al templo dos hombres los cuales le darían algo más que una limosna. Estos amaban a Dios y fueron detenidos por el cojo el cual les solicito le dieran algo; al verlo ellos no solo notaron su necesidad física, y su posición de mendigo, sino que identificaron también su necesidad de tener una verdadera transformación.
Ellos creyeron que no solo Jesús con el que habían compartido y aprendido tenía la capacidad de realizar milagros, sino que también al confiar en su poder y a través de ellos él podía ''hacer lo suyo''.
Por lo tanto ellos le dieron mucho más que solo suplir su necesidad inmediata; en el nombre de Jesús lo levantaron y sus pies estuvieron firmes y con fuerza. (Creyeron tanto los hombres como él) y ¡Fue una Maravilla! ¿Cómo es que eso podría pasar?, pero él al darse cuenta de lo increíble y sobrenatural que había acontecido, saltando dejo de estar a la puerta y decidió finalmente entrar cantando y dando gracias al único que había tenido la capacidad de realizar semejante transformación en su vida.
El milagro del ex cojo entre la puerta, atrajo la atención no solo de los que se encontraban dentro, sino también de los que se encontraban afuera con él, porque imagino era bastante popular, de hecho logro escuchar el punto de referencia para llegar al templo: ''En la puerta del templo siempre está un pobre cojo, no se va a perder''.
Y a causa de él algunos comprendieron que estando dentro también podrían recibir algo más, al crear una relación con Dios, lejos de leyes y religiosidades que a lo mejor eran causantes de temor de que esa maravillosa decisión realmente no llegara a funcionar. (Puedes continuar leyendo en Hechos 3: 1 – 10).
Considerar atractivo o apreciar desde cierta posición todo lo que tiene que ver con Dios hace que nos perdamos la verdadera belleza que en verdad contiene.
Pareciera que ''las limosnas'' de afuera nos atraen y satisfacen más de lo que realmente llena el corazón e incluso ''las limosnas = el concepto que los demás tienen respecto a Dios'', también parecen tener un gran efecto en nosotros.
Sin embargo permanecer en medio nos convierte en aprendices y observadores de todo, PERO expertos o maestros de nada; y eso también involucra profundamente nuestra relación con Dios.
Sé que en algún momento podemos llegar a sentirnos incapaces de lograr entrar o conocer aún más de Dios por nuestros propios medios, pero también debo decirte que habrá personas dispuestas o puestas por Dios específicamente para nosotros que puedan acompañarnos durante el camino, ¡No seas un ermitaño ni tampoco quisquilloso con las personas!, dales la oportunidad de que puedan guiarte.
Finalmente nuestra relación con Dios no debería estar en la opción ''en medio'', sino en la opción que nos permita integrarnos de lleno, con una mirada y un corazón fijos en él. Al hacer esto, de forma progresiva iremos alcanzando aún más de lo que podamos estar invirtiendo o dando en las demás opciones.
Siempre estar cerca de Dios será la mejor opción y recuerda esto: Dios no nos ama a medias, no nos ha dado una media salvación y no nos da medias bendiciones.
Comments