top of page

LA CUEVA, NO SIEMPRE SERÁS UN FRACASADO

  • Foto del escritor: Marina Sosa
    Marina Sosa
  • 5 abr 2017
  • 4 Min. de lectura

Esta entrada es una historia acerca de un hombre, de cientos de personas más que estuvieron con él y de los que actualmente podamos también identificarnos en ella.


Había un hombre el cual tenía una personalidad bastante agradable, alegre, humilde y trabajador. Además era músico y últimamente había comenzado a ser reconocido y afamado; esto debido a que de alguna forma se habían presentado ciertas oportunidades para él, aunque realmente fueran grandes dificultades y aflicciones para los demás. Pero en las cuales el respondió adecuadamente y obtuvo éxito en cada una de ellas.


Estas se convirtieron sin lugar a duda en las primeras oportunidades que marcarían su vida. Todo le estaba yendo de maravilla, por su fama y de cierta forma su esfuerzo, había logrado posicionarse dentro de un nivel social y económico. Cada día parecía disfrutar de todo lo que lo rodeaba y le hacía estar tranquilo, sin embargo las cosas comenzaron a cambiar drásticamente.


Después de haber tenido una buena posición económica y sentirse pleno personalmente, ahora estaba siendo perseguido por la ley por una falsa acusación en su contra, y la cual si lograban capturarlo, la orden era terminar con su vida.


Este hombre llamado David, había logrado escapar al escuchar los rumores que iban a capturarlo en el lugar en el que se encontraba y comenzó a huir. Creo que ya comenzaste a imaginarte la escena: David iba confundido, triste, con miedo, desesperado, sin esperanza, sin un lugar a donde ir, ni con quien estar y con miles de preguntas en su cabeza.


Ya se había alejado lo suficiente y prácticamente había optado ir a un lugar sin rumbo, pero pudo observar que se estaba acercando a un pequeño y muy viejo hostal, llamado La Cueva de Adulán, no era lo que esperaba a simple vista, sin embargo se miraba un espacio adecuado, para esconderse ahí, al menos por un tiempo.



Si bien es cierto aunque David la había estado pasando bien con lujos, privilegios y estar al mando de muchas personas de guerra, la realidad era que le venía algo aún mejor y no solamente de cosas externas, sino que iba a comenzar a experimentar una mayor plenitud, direcciones más claras, liderazgos influyentes, beneficios y bendiciones de alguien sumamente superior.


Pero llegar y estar en la cueva iba a ser el puente que debía a travesar para estar un poco más cerca del lugar al que debía llegar. Pero por si fuera poco y como si ya no tuviera suficiente con su vida misma, de repente comienza a observar a los lejos que venían en dirección a él, una gran cantidad de hombres, 400 para ser exactos.




Es exactamente esa cara la que me imagino puso David. Pareciera como que si a estas personas les había llegado un inbox, un correo electrónico o un recordatorio con una invitación la cual decía de la siguiente manera:


''Debido al tiempo en el que nos encontramos, el cual a pesar de que estamos todo el tiempo conectados compartiendo en alguna red social, programas etc, sabemos que al dejar de estar en línea, la realidad a veces es un poco chocante y difícil de llevar. Por lo tanto queremos contar con la presencia de cada persona que se siente descontento con la vida, los que están llenos de deudas, aquellos que la mayor parte del tiempo se sienten en depresión, los que últimamente no están a gusto consigo mismo por la forma en la que se ven, por lo que no tienen y por lo que no son. Los que tienen alguna enfermedad crónica y los que simplemente nunca han encontrado la respuesta del porque están en esta vida. Nos reuniremos en un lugar bastante alejado, y totalmente desconectados, con el objetivo de poder compartir con cada uno, en un mismo sentir y en una misma situación. Han sido todos invitados''.


Definitivamente el día señalado había llegado, y al parecer el lugar de reunión, era en el Hostal La Cueva, el lugar en el que se encontraba David. Habían sido convocados pero nadie se encontraba recibiendo, nadie estaba al frente, excepto David viéndolos y preguntándose ¿Cómo es que llegaron hasta aquí y que va a pasar con ellos?.


Por lo tanto ellos al verlo un poco menos en desgracia, decidieron que el tomara el mando de lo que se iba hacer ahí con ellos o si había algún tipo de plan. (Puedes continuar leyendo en la Biblia 1° Samuel desde el Cap. 22).


Sentirse en la cueva es el mejor momento para decirle a Dios ¿Qué quieres de mí?. Ese preciso momento en el que sientes estar totalmente atrapado, escondiéndote y sintiéndote de forma parecida a todos los fracasados que se encontraban ahí, incluyendo a David.


Pero él definitivamente decidió hablar con Dios y hacerle esa pregunta. Él recordaba y meditaba cada día en las promesas que había recibido y su realidad no se acercaba en lo absoluto a lo que esperaba recibir.


Aunque la cueva no sea tan mala como parezca, esta no debe convertirse en nuestro hogar. Aun en esa condición, en lo alejados que nos podamos sentir, sin dirección ni propósito, si hacemos parte a Dios en ese lugar en el que nos encontramos y si queremos que nos lleve a un lugar mejor, Dios responderá y nos indicará los pasos que hay que dar en ese proceso que comenzó desde que pedimos su opinión en la cueva.


Aunque los inicios no siempre sean lo que esperamos, no podemos escondernos siempre. Nuestra propia historia nos espera afuera para que demos lo mejor, y también aunque no lo creamos, para que guiemos o inspiremos a otros en igual o peor situación que nosotros, tal y como los que llegaron a donde se encontraba David.


Los fracasados que se encontraban en la cueva, fueron escogidos y restaurados por Dios, para ser parte de una nueva historia.


David al frente de ellos y siendo dirigido por Dios, con el tiempo fueron desarrollándose en Guerreros valientes, preparados para la guerra, hábiles en el manejo del escudo y de la lanza, feroces como leones y veloces como gacelas monteses. 1° Crónicas 12:8.


''Generalmente los que son rechazados por el hombre (la sociedad), son los únicos que Dios escoge''.



 
 
 

Comments


© 2019 by Marina Sosa created with Wix.com

bottom of page