Esto es para Ti (La regla de Oro)
- Marina Sosa
- 23 ene 2017
- 4 Min. de lectura

En las últimas semanas he estado meditando mucho en lo fuera de control que está nuestra sociedad y creo que todos sabemos que el entorno que nos rodea, así como también diversas situaciones del pasado son los causantes. Son el origen del porque somos así, porque lo hacemos así o porque pensamos así?.
Sin embargo, además de eso también meditaba, ¿Qué están recibiendo las personas de mi? Y ¿Qué es lo que espero recibir de ellos?. No tarde mucho para recordar en que esto me sonaba familiar, y en la Biblia me encontré con esto, el cual es el objetivo de la nueva entrada: Traten a los demás, como les gustaría que ellos los trataran a ustedes. Lucas 6:31
Conocida como la Regla de Oro, Jesús les estaba enseñando a sus discípulos a hacer el bien a pesar de todo, a pesar de quienes fueran y a pesar de su pasado.
Mathew Henry en uno de sus comentarios, expone lo siguiente: Jesús vino a enseñarnos, no sólo lo que tenemos que saber y creer, sino lo que tenemos que hacer; no sólo para con Dios, sino para con los demás; no sólo para con los que son de nuestro partido y denominación, sino para con los hombres en general, con todos aquellos que nos relacionemos. Debemos hacer a nuestro prójimo lo que nosotros mismos reconocemos que es bueno y razonable.
Sé que pensaran muchos junto conmigo lo realmente difícil que es actuar como si nada hubiera pasado, hacer el bien a los que nos han lastimado o ayudar a los que se negaron ayudarnos. Sin embargo al no hacerlo, al mostrar indiferencia, al pensar primero en nosotros y en nuestro beneficio o protección, es lo que nos ha llevado a esto, a este tipo de sociedad.
La sociedad mundial se ve y es considerada como la que busca sobrevivir y eso significa despreciar a los necesitados (de tipo físico, emocional y espiritual), engañar, pasar por encima de los demás, robar, herir o matar (de forma física y emocional).
Y si solo hacen bien a los que son buenos con ustedes, ¿Qué merito tienen?, y si prestan dinero solamente a quienes pueden devolverlo, ¿Qué merito tienen?, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio, y deben ser compasivos, así como su padre es compasivo. Lucas 6:33 – 36
Todo lo que hacemos debe estar basado en lo que Jesús hizo por nosotros. A lo mejor y si somos buenos nos pagaran con mal, si somos fieles nos serán infiel, si somos justos nos traicionaran, si tenemos un corazón agradable, buscaran la forma para que se vuelva como el de ellos, pero aun con todo eso, debemos procurar cuidar nuestro corazón y hacer lo que debemos y podemos hacer, no por quienes sean ellos o puedan darnos, sino por quien somos nosotros, quienes a través de Jesús hemos aprendido a ser.
Jesús no solo sanó a los ''buenos, a los de clase social alta, o solo a los pobres, a los hombres o solo a las mujeres''; él los sano a todos, a todo el que se le acercaba creyendo en que necesitaban de él, y él les atendió a pesar de que conocía sus pasados, a pesar de que muy probablemente después, se convertirían en asesinos, ladrones e incluso los que pronto lo estarían entregando para crucificarlo.
Y la razón de ello Jesús nos la compartía después: El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal. Lucas 6:45.
Si al leer esto, has sentido que tu corazón no tiene lo suficientemente bueno como para producir el bien porque hay heridas que aún no sanan, o persisten los recuerdos malos del pasado, la buena noticia es que eso puede pesar menos, porque Dios es experto en dirigir corazones, en nuevos comienzos, en sanar corazones quebrados y vendar las heridas.
La regla de oro tiene como base el amor, y si no nos sentimos amados y los que nos rodean no se sienten correspondidos por nuestro amor, entonces la realidad es que no tenemos amor, no lo hemos conocido y por lo tanto no tenemos nada bueno para dar.
Sin embargo comenzamos a amar, cuando comprendemos que a pesar de todo lo que nos ha acontecido, Dios nos amó y nos ama, y si Dios nos ama, tenemos la capacidad de amar a los demás.
Nosotros amamos, porque él nos amó primero. 1 Juan 4:19.
Tal vez las personas que nos rodean no cambien de la noche a la mañana y de igual forma nosotros, pero al tener esto presente y al comenzar a hacer nuestra parte llenándonos con aquello que nos ayude a mantenernos en este camino de vida, marcaremos una diferencia para nuestro beneficio y el de los demás. Podremos recibir, de lo que nosotros estamos dando.
Madre Teresa de Calcuta escribía lo siguiente:
Si eres amable, las personas te acusaran por motivos que no has cometido aún. Sé amable de todas formas.
Si eres honesto, las personas podrían engañarte. Sé honesto de todas formas.
Si encuentras la felicidad, las personas podrían envidiarte. Sé feliz de todas formas.
El bien que haces hoy puede ser olvidado mañana. Haz el bien, da al mundo lo mejor que tengas y eso nunca será suficiente. Sin embargo, da lo mejor que tengas de todas formas.
Porque si ves al final, todo es entre Dios y tú, de todas formas.
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